Desde el momento en el que se conocieron Dan y Jess se odiaron, tampoco ayudó demasiado a su buena relación la noticia de la repentina boda en las Vegas de sus padres. Tras dicha unión, se ven abocados a suavizar su relación, ya que deben convivir en el rancho familiar.
Dan, cansado de la dura vida que lleva y el trabajo que acarrea el cuidado del ganado, decide ir a Dallas para cumplir su sueño de competir en el circuito de rodeos. Jess, por su parte, aprende a amar el campo y las áridas tierras de Devine tras dejar atrás su vida en la ciudad.